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Cindy Eliana, mexicana de la Cd de Querétaro, del centro del país, es una mujer echada para adelante, luchona, «aventada» como se dice en México. Ella es inmigrante en España y muy orgullosa de su país, pero sobre todo, de su tradición platera y su joyería.

laplateria

Esta vocación le viene de herencia «mi abuelo tenía joyería, mi madre tenía también un local donde vendía sobre todo, piezas de oro y piezas de joyería que hacía mi abuelo, mi hermana vendía platería y yo, cuando inicié mis estudios universitarios -y como todo estudiante necesitaba dinero para mis gastos personales, mis padres me cubrían lo esencial pero mis gustos y caprichos me los pagaba yo-  así que viendo que a mi hermana le iba muy bien, me decidí y empecé a vender platería a todo aquel que se me cruzara por mi camino en el Campus, les vendía hasta a los profes… (risas) fue así como inicié mi andadura en este negocio que me encanta, me da muchas satisfacciones y en el que creo totalmente, luego terminé mi carrera Psicología del Trabajo (lo que en España es el equivalente de Relaciones Laborales) y estuve trabajando en un banco como administrativa durante 6 meses, en ese tiempo hice un proceso de selección para Manpower y al final me voy a trabajar con ellos, pero el negocio de la plata siempre lo he tenido como mi ingreso adicional». 

En su país conoció al que ahora es su marido, se casaron y volvieron a residir a España, país de origen de él, «emigré después de mi matrimonio, llegué a vivir a Sant Cugat en Enero de 2007, obviamente tuve que dejar mi empleo y mi negocio de platería de México, en ese impass que tuve al ser recién llegada, mi tiempo de adaptación,  no tuve el negocio de plata, luego empecé a trabajar aquí, pero echaba de menos seguir trabajando la joyería. Pero uno nunca sabe que es lo que va a pasar en el camino, así que cuando se viene la crisis del 2008 provocó que en mayo de 2009 me quedara sin trabajo. Tenía ahorros y me fui a México a visitar a mi familia, mi madre fue quien me sugirió y por supuesto me animó a que volviera a trabajar la plata. Tenía muchos miedos: porque no conocía el mercado, ni las costumbres de la gente, tampoco las tendencias de consumo, el no saber si me iría bien o mal, pero ella sabiamente supo diluir todos esos temores y con los pocos ahorros que me quedaban los invertí todo en plata, me volví a España para empezar desde cero, a picar piedra y echar talacha como decimos nosotros, muy ilusionada, contenta con la decisión que había tomado.

Piensa que yo estaba acostumbrada a estar activa siempre y pasar de esa rutina tan movida a no hacer nada me sentía como león enjaulado, entré en una crisis depresiva, fue muy fuerte»

PLATA DE MEXICO

Cuando ya vivía en Barcelona, estaba tomando sus clases de catalán donde coincidía con compañeras de clase de distintos países y ellas fueron sus primeras clientes, ver que le compraban el producto, que éste gustaba «me devolvió la ilusión, ví que sí podía y que ese miedo que tenía a que no gustara o no pudiera vender, no me fuera bien, los temores del inicio, todo, se fue». 

«Tuve que trabajar para labrarme una imagen y ganarme la confianza de la gente, practicamente es como si fuera vendedora ambulante, tuve el choque de realidad que la gente española no está acostumbrada a que le vendas, para los latinos eso es muy normal, incluso te recomiendan y te dicen con quienes pueden ir, sus nombres, les llaman y les dicen que vas, el boca-boca es muy importante, muy común entre nosotros, aquí no se da así el proceso de la venta, te miran mal, desconfían de tí, piensan que les puedes dar gato por liebre; aqué tienes que buscarte la vida, por mas bueno que seas no te van a recomendar, aclaro que no todas las personas son así, creo que mas que nada es la falta de costumbre y es un sistema de venta que no les es común ni del que tienen muchas referencias, sin embargo cuando te los ganas, son los mejores clientes porque son de los que compran bien e invierten, hacen cuentas importantes y como buen cliente que sabe gastar su dinero te miran todo con lupa, comprueban la calidad y son exigentes, pero eso me encanta porque mi producto es bueno, es algo que me gusta, en lo que creo, que yo misma uso y su calidad es excelente». 

De su clientela actual, tiene un 80% latinas y 20% españolas, de ese 80% latino, la mitad son mexicanas, el resto proviene del continente. La venta de plata le ha hecho adentrarse más en el estudio de la joyería y desde hace tres años se está preparando en aprender los procesos de la plata, hacer piezas con este metal, como hacer un ajuste o compostura, servicio que hace a un coste mínimo a sus clientas y que la está animando en un futuro no muy lejano, para empezar a diseñar sus propias piezas, como ella bien comenta «voy a terminar como mi abuelo, con una joyería, antes de eso tengo que seguir aprendiendo y conocer los gustos de los clientes potenciales, por ejemplo en América nos gusta el acabado más pulido y brillante aquí gusta más el opaco, es cuestión de tomar el pulso del mercado, además hay mucha competencia, gente que vende joyería propia en los mercadillos, se tienen que evaluar muchos factores antes de dar el paso porque todo redundaría en un encarecimiento enorme de mi producto.»

Para Cindy, ser emprendedor es un poco regalo envenenado «todo el mundo te invita a ser emprendedor pero cuando te sientas a hacer cuentas compruebas que los números no salen, que hay que tener dinero bajo la almohada como reserva,  igual puedes tener una idea muy buena y sabes que puede funcionar pero sin ese colchón de medios propios sencillamente no vas a ninguna parte, luego tienes la ayuda de la cuota reducida de la SS, que también es un poco perverso porque vendas o no vendas la tienes que cubrir». 

«Estuve en Barcelona Activa haciendo un curso de Como Ser Emprendedor, me orientaron un poco en mi plan de negocio, fuera de eso no he tenido ningún tipo de asesoría. Ahora estoy trabajando en lo que para mí es la mejor opción y es la tienda on-line que espero que ya esté funcionando al 100% a finales de este año». 

Cindy tiene a su mejor apoyo en su madre y su marido, son quienes la impulsan a seguir adelante, aunque al principio sufrió un poco el choque cultural tanto en el trato como en la forma de hablar, en las actitudes, pasado el tiempo de adaptación y comprobar que simplemente era otra forma de ser y actuar, todo volvió a la normalidad: «Antes de la crisis que había pleno empleo todos los extranjeros eran bienvenidos, inicia la crisis y pasamos a ser automáticamente ciudadanos de segunda clase porque las oportunidades iban primero para los nacionales, OJO, que no digo que sea nada malo, si estuviera en México pasaría lo mismo, pero es un sentimiento el que no se puede evitar, independientemente que estés nacionalizada y tu DNI diga Reino de España siempre te van a ver como extranjera y no es algo que me parezca mal, simplemente escuchándome hablar o mirándome se dan cuenta que no soy nacida en este lado del charco. Es algo que asumes y tiras para adelante, tampoco hay que engancharse a ello». 

Me surge una pregunta: Crees que habrías llegado hasta donde estás si estuvieras residiendo en tu país de origen?  se lo piensa un poco y me contesta: «Por supuesto que sí, el cambio de país tiene un precio y todo en esta vida cuesta algo, estar aquí me ha brindado muchas cosas buenas, me han abierto puertas, me han abierto un mundo, la oportunidad de conocer gente de países y culturas diferentes; tal vez a nivel de psicología y profesionalmente hubiera hecho mucho mas en México que lo que hago aquí incluído mi negocio de plata, porque allá lo tenía todo: contactos, local, facilidades, conocimiento del mercado… todo lo que aquí no tengo y me lo tengo que buscar yo sola, abrir brecha; allá lo tenía todo hecho, aquí me lo tengo que hacer yo, pero es algo que lo has de valorar porque todo este proceso te proporciona madurez y empezar desde cero te enseña que eres fuerte y aventada, mas de lo que creías.  

Hace 8 años, cuando llegué, descubrí cosas en mí que no sabía que tenía dentro: inseguridad personal tanto en lo físico como en lo mental, autoestima por los suelos, sientes que todo el mundo te grita, te maltrata, hasta que te das cuenta que no es así, que su forma de ser es distinta de la tuya propia, y gestos que para tí son muy normales aquí no lo son, cosas que cuestan de entender, pero luego, como dicen los estadounidenses: just go with the flow (déjate llevar por la corriente) y eso es algo muy liberador, te quita mucho peso de encima, empiezas a sacar pecho y a valorarte de nuevo, sentirte orgullosa de lo que eres y poder demostrarlo». 

Me quedan tres preguntas y se las hago rápidamente, ella tiene cita médica, así que empezamos:

Hablamos del éxito, si ella se siente exitosa, y aunque me comenta que es una pregunta difícil, me explica: «El éxito es sentirte realizado a todos los niveles: profesional, familiar, espiritual, personal, sentirte bien contigo mismo hagas lo que hagas, porque crees en ello y te satisface, lo haces porque quieres no porque te lo diga la sociedad. Vivimos en un mundo súper competitivo, tienes que hacer aquello que te haga feliz, no lo que los demás te dictan. Obviamente si me siento exitosa porque una parte de mi vida está dedicada a lo que me gusta que es mi negocio, la otra parte de trabajo en la consultoría de RRHH donde laboro me gustaría que cambiara, pero si algo he aprendido desde que llegué aquí, es que en mi largo caminar y con los tiempos que corren, me considero exitosa porque creo de corazón en todo lo que hago». 

Le pido un consejo para quien se esté pensando ser emprendedor y su respuesta es muy parecida a la anterior: «Si has hecho tu plan de negocio y ves que es viable, tienes un colchón económico para los imprevistos, crees de corazón en tu proyecto, lánzate, porque todo ello hará que las cosas funcionen, pero créetelo primero tú». 

Finalmente, ¿qué frase te define?

Querer es poder… y hacer lo que quieres siempre con el corazón, convencida de lo que ofreces, yo me creo lo que hago y me siento exitosa, soy como dice la canción de Alex Syntek: más fuerte de lo que pensaba

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