Hace unos meses contactó conmigo a través de LinkedIn una persona para que le orientase a nivel laboral.
Acababa de quedarse sin trabajo. En realidad era la primera vez que se quedaba sin trabajo, y teniendo en cuenta los años tan duros que hemos vivido me resultaba bastante llamativo.
Lo curioso es que lo que a esta persona le molestaba, preocupaba y disgustaba no era tanto el hecho de haberse quedado sin trabajo, ya que por sus circunstancias sabía que era algo momentáneo, sino el hecho de que tras haber sobrevivido a la debacle laboral de estos años se encontraba con que su salario se había visto reducido a la mitad prácticamente.
Las ofertas que había recibido, y había recibido una cuantas en los pocos meses que llevaba en situación de desempleo, suponían una reducción del salario que había venido percibiendo de aproximadamente un 50%.
Una de las ideas que se me…
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