Etiquetas

,

 Everyone Should Have a Place To Live

Hoy veía en Facebook una noticia acerca de una niña de 9 años que está construyendo una casa para un homeless con sus propias manos y con un poco de ayuda de su madre y su abuelo.

Ella considera que «todos deberían tener un lugar donde vivir» y no contenta con esto, también siembra su propio huerto, mismo que proporcionó el año pasado 128 libras de vegetales que fueron donados a los comedores sociales y espera poder aumentar su producción para 2015.

Esta noticia me llena de emoción, asombro, esperanza y fe: que una niña que bien podría estar patinando, jugando en su propia casa de muñecas o con la videoconsola dedique su tiempo libre en producir algo que beneficie a los mas desfavorecidos de nuestra sociedad nos da una pequeña luz que no todo está perdido y que no importa que tan pequeña sea la acción, siempre se puede cambiar el mundo de alguien.

Un gran trabajo y ejemplo de una jovencísima mujer emprendedora que también rompe los estereotipos, taladro en mano, que dividen las actividades en femeninas y masculinas;  con un poco de voluntad y ganas de hacer las cosas podemos contribuir a proporcionar calidad de vida a quienes por circunstancias, lo han perdido todo.

Anuncio publicitario